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LA LOCE, UNA LEY QUE LA CONCERTACION NUNCA QUISO CAMBIAR, ¿POR QUE?

12 junio, 2006


Es cierto que hasta hace poco la concertación no tuvo mayoría en el congreso. Lo que derivaría en que de haber antes presentado cambios profundos a la constitución, habrían dado con una muralla.
La necesidad de introducir cambios ya estaba en el Programa de Gobierno de Patricio Aylwin, y creo que en el 94’ presentaron un proyecto de ley para reformar la L.O.C.E.Hasta ahí todo bien. Un buen “lavado de manos” como diría Francisco Javier Cuadra, el ex ministro de Pinochet. Pero, y aquí entramos a la parte compleja, eso evidentemente no fue suficiente, y de hecho no fue siquiera avisado al público.
Se presentó en el congreso (entre gallos y medianoche) y salió rechazado, como era de suponer. Nadie que no fuese muy cercano a la Concertación tuvo un conocimiento cabal respecto a ese proyecto.¿Por qué no siguieron presentando más mociones? ¿Por qué se “olvidaron” de hacerlo? ¿Por qué fue necesario que miles de estudiantes secundarios salieran a las calles para que “recordaran” que querían reformar la educación?
Un amigo hace poco me comentó que los cambios que la dictadura introdujo a la educación tenían un fin económico. Como la mayoría habrá escuchado o leído, el sistema educativo actual tiene cinco sistemas cerrados y excluyentes de administración: el particular pagado, el particular subvencionado con financiamiento compartido (donde los padres pagan cuota mensual), el particular subvencionado sin financiamiento compartido, el municipal de comunas ricas y el municipal de comunas pobres.
Esta división temprana por “estratos socioeconómicos”, o clases como prefiero decir, a opinión de mi amigo, fomenta la mano de obra barata. El sistema económico neoliberal en Chile es el que mejor y más cercano al ideal se aplica. Para sostenerlo se hace necesario un continuo flujo de empleados que lleguen a servicios, industria, construcción, etcétera.
A menor educación, y todas las investigaciones lo apoyan, peor es el empleo y el sueldo recibido. O sea, siempre habrán empleados para la construcción, para la industria, para servicios, etcétera. Y así el sistema no colapsa por la disminución de la mano de obra en la base económica.
La Concertación se acostumbró a recibir halagos por el buen funcionamiento del sistema económico y por la tranquilidad institucional. Tratar de cambiar el sistema educativo no solo (a la larga) afectaría la economía, si no que abriría un foco de conflicto con la oposición al discutir los proyectos tendientes a derogar la L.O.C.E. o reformar profundamente la educación.
Si hubiesen presentado el proyecto en ese periodo, la única manera de poder aspirar a ganarlo en el parlamento era apoyándose en las “movilizaciones” del pueblo. Eso acarrearía consigo los enfrentamientos ya vistos, entre encapuchados y policía. Los desmanes, los saqueos, en fin, lo de siempre. Pero en esa época, cuando Pinochet aún era de temer, es probable que hubiese acarreado “ejercicios de enlace” con los carapintada mostrando su horror por la capital, o tal vez muertes por parte de la policía. Por eso la Concertación escogió lo más fácil e ineficiente, inyectar dinero, mucho dinero, en un saco roto. En un saco que representa la boca de muchos empresarios de derecha o grupos de poder como el Opus Dei o los Legionarios de Cristo.
La Concertación no quiso cambiar la L.O.C.E. por el costo que esto le habría traído. Costo económico y político.
La caída de Pinochet, con su detención en Londres debió ser el momento en que debieron volver a la carga, pero ¿para qué?. Si ya habían construido “miles de escuelas”, “aumentado en tres veces el dinero invertido en educación”. Entonces ¿para qué molestarse con cambiar una ley para la que no tenían respaldo en el congreso?
Ahora, con las movilizaciones reventándoles en la cara, se invierte el orden de los factores. Mejor aún, se tiene mayoría en el congreso; la derecha quiere mostrar un rostro más social y benévolo, distanciándose de la dictadura y “apoyando al pueblo en sus demandas” (¡tratando de crear un “Partido Popular”!); Pinochet ya es parte de la historia y el dinero fluye a raudales. ¿Qué faltaba entonces?, faltaba que la Concertación dijera “aquí estamos nosotros para cambiar esa infame ley”
Llegaron tarde. Llegaron mal. Pero llegaron, dicen ellos. Yo digo que pudieron llegar antes pero se durmieron en los laureles. Los que pidieron el apoyo del pueblo para “conquistar la democracia” se hicieron parte de la elite y se dedicaron a administrar su poder. Hicieron un pacto con los grupos económico, como bien dice Marcel Claude. Con un cuentagotas inyectaron “justicia en la medida de lo posible”, como dijo Aylwin, dando muestras claras del pacto de no agresión con los torturadores. Se acostumbraron a oír que su institución es la más sólida del barrio; a recibir los parabienes del gobernante de turno en EUA; a oír que su economía es un ejemplo para otros países y se olvidaron que quienes los llevaron al poder los podían sacar de él. Y ahora intentan evitar eso.

2 comentarios:

León Saenz dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

No compa. Hace tiempo ya que me retiré de "Clase contra Clase".
La necesidad de ser parte de los procesos y luchas sociales como actor revolucionario, en unión con y como parte de la vanguardía, fue mi mayor argumento para el retiro.
Eso y buscar la aplicación de la teoría en el desenvolvimiento diario, mano a mano con los oprimidos por el capitalismo, fue más importante para mí que pasarse días enteros discutiendo de si el PC chileno es o no un partido reformista.
tengo entendido que otros más tambien se retiraron o fueron expulsados de CcC por exigir, por las vías establecidas, un giro desde la estructura "teorizadora" que adoptó CcC desde hace ya un tiempo, a un desarrollo menos sectario y no foquista - universitario/secundario.