Buscar

COLABORADORES
Perfil de Facebook de Estrella Bolchevique RSS de Estrella Bolchevique Mail de Estrella Bolchevique
MAPA DEL SITIO

LA MASACRE DE LA ESCUELA SANTA MARIA DE IQUIQUE

15 diciembre, 2006


En un aciago día 21 de diciembre, del 1907, fuerzas chilenas masacran a un numero de obreros del salitre nunca certeramente determinado. El próximo año 2007, se cumplira un siglo desde que aquello ocurriera.
Son muchos los actos conmemorativos que se preparan para aquella fecha (21 de diciembre de 2007). Y a manera de ir adentrandonos en el tema, y como aporte a la discusión por venir, se presenta el siguiente relato que refiere aquellos hechos.
----------------------
Viernes 20 de diciembre de 1907

El día 20 de diciembre de 1907 (siendo presidente Pedro Montt), el Intendente de Iquique Carlos Eastman, apoyándose en un supuesto descontrol y posible peligro para el orden público de la zona bajo su gobierno, decreta el “Estado de Sitio”. Muchos expertos coinciden en señalar que la decisión del Intendente chocaba con las leyes constitucionales imperantes en aquella época. Por lo que, ese decreto habría sido inconstitucional.
Aquel viernes temprano, 7 obreros con sus familias (que abandonaban las dependencias de la oficina salitrera de Buenaventura), son acribillados en la línea férrea, por los soldados llegados para imponer el orden. Otros muchos más caen heridos.
Las fuerzas militares inician así una escalada de crímenes que culminaría con la peor masacre registrada hasta esos días. Dirigida esta matanza por el Estado, en defensa de intereses extranjeros, contra obreros y en suelo chileno.

Sábado 21 de diciembre de 1907

Ahora bien, a raíz de lo extendido de la huelga se había formado un “Comité Obrero de Negociación”. La mañana del día 21, la Intendencia hace llegar una cita por escrito al comité en cuestión. Esta cita es rechazada ampliamente en una asamblea obrera. Es entonces que se le solicita a Abdon Díaz, dirigente de la Mancomunal de Obreros (la mayor asociación obrera de ese entonces), que trate de persuadir al Comité de asistir a la reunión con la Intendencia.
La misma mañana del día 21, el Ministro del Interior Rafael Sotomayor hace llegar con suma urgencia un telegrama al Jefe de Plaza de Tarapacá, General Roberto Silva Renard. En el telegrama se ordena detener a “todos los cabecillas” de la huelga, llevándolos a barcos de guerra dispuestos para el caso; “hay que dispersar a la peonada”, enviándola a sus lugares de trabajo (las oficinas salitreras correspondientes), realizando esta última acción bajo custodia de soldados.
Pasado mediodía, el Intendente emite otro decreto que se basa en aquel que dictara el día 20. Claro que ahora cuenta con un amplio consentimiento del gobierno, expresado en el telegrama del Ministro del Interior. En este nuevo decreto se ordena el desalojo de la escuela Santa Maria de Iquique, y los lugares adyacentes. Así mismo, se ordena llevar a los detenidos a las casuchas del Club Hípico iquiqueño. Ubicadas en la periferia de la ciudad.
El 21 de diciembre de 1907 se efectúan también los funerales de los obreros muertos el día anterior. Inmediatamente, luego de concluir las ceremonias, se les ordena a los trabajadores que abandonen las dependencias de la escuela y sus alrededores, para posteriormente trasladarse a las casuchas del Club Hípico. Estos se niegan a ir, no sin razón (cosa de recordar la masacre del día anterior), pues temen ser cañoneados por los barcos que apuntan al camino que ellos deberían recorrer hacia el Club Hípico.
Ya en la tarde, el General Silva Renard, junto al Coronel Ledesma, pasa revista a las tropas en la Plaza Prat. Las fuerzas militares (efectivos del Regimiento O’higgins y del crucero Esmeralda) avanzan hasta la Plaza Manuel Montt, procediendo a rodear la escuela. Aseguran los lugares circundantes “para evitar la dispersión de los huelguistas”.
Al frente de la escuela permanece formado un número indeterminado de veteranos iquiqueños de la “Guerra del Pacífico”. Los rostros morenos y orgullosos de quienes fueran llamados “héroes” tiempo atrás, no pueden contener un rictus de temor al ver avanzar en su contra aquellos viejos estandartes que sirvieran con tanto ahínco. Ahora son ellos a quienes apuntan las armas chilenas. Ellos son ahora el “enemigo de Chile”.
Sabedores del peligro que acecha, los cónsules peruano y boliviano conminan a sus compatriotas a retirarse del establecimiento; bajo la protección consular respectiva. Los obreros peruanos y bolivianos, que resisten junto a sus hermanos chilenos, y que en innumerables ocasiones sufrieran el abuso del patrón sin patria ni bandera, se rehúsan a dejar la escuela. Ocurre así que antiguos soldados chilenos, veteranos de la cruenta “Guerra del Pacífico”, permanecen de pie frente a la Santa Maria, defendiendo a esos que la clase gobernante (de fines de 1870) definiera como enemigos.
A las 15:45 horas aproximadamente, y dando muestras de un honor militar a toda prueba, el General Silva Renard ordena una descarga de fusiles sobre la azotea de la escuela. Esta acción le es ordenada a soldados del O’higgins. Un piquete de marinería, situado en Calle Latorre, casi frente a la puerta de la escuela, descarga también sus armas. Caen en ese momento los primeros huelguistas; los denominados “rebeldes” por Silva Renard.
La acción es respondida por los obreros. Los tiros de revólveres (y aún de fusiles), son impotentes ante el poderío bélico de las fuerzas militares chilenas. En medio de la refriega, y según relato del cónsul británico, dos soldados del Esmeralda corren hacía la escuela. Su intención es unirse con los hermanos de clase. Sin embargo, la oficialidad ordena matarlos.
La deserción de los soldados marca un mal precedente que en nada ayuda a la clase social de la que la oficialidad es representante. Es así que la muerte de los “insubordinados” no sirve para contener a un número indeterminado de soldados que rehúsan matar niños y mujeres.
Viendo que sus órdenes no son cumplidas, los oficiales ordenan detener a los nuevos “insubordinados”. La madrugada del día 22, cuando el rojo del amanecer despertaba triste por la muerte de los hijos del norte, los “insubordinados” son fusilados.
Tempranamente las balas desde dentro de la escuela dejan de ser disparadas. Por el contrario, desde fuera, los proyectiles de los fusiles son reemplazados por balas de ametralladoras “
Hotchkiss”, traídas desde el Esmeralda. Se cuenta que las balas de esas armas tenían la “virtud” de atravesar entre 6 y 10 cuerpos. La prueba empírica es dada por los registros del Hospital de Iquique: 250 heridos son ingresados en estado de gravedad. La causa es, en todos los casos, “múltiple penetración de balas”. El noventa por ciento de esos heridos no sobrevive.
Al caer la tarde, cerca del anochecer, la escuela Santa Maria de Iquique se sume en el silencio. Santa Maria calla mientras es bañada por la sangre de obreros (chilenos, peruanos y bolivianos); mujeres (trabajadoras y parejas de obreros), y niños (trabajadores e hijos de mineros del salitre)

Domingo 22 de diciembre de 1907

Los sobrevivientes de la matanza son llevados a sablazos hasta el local del Club Hípico, y desde allí a la pampa, en donde se les impone un régimen de terror, que se condice con la necesidad del grupo social dominante, por dejar en claro las consecuencias de cuestionar la estructura existente. Ni pensar en rebelarse.

Algunos relatos cuentan que el dirigente de la Mancomunal José Briggs sobrevive a la matanza. Se cuenta también que Luís Olea (otro dirigente) habría huido al Perú. Muchas son las historias que corren de ese día. Lo cierto es el heroísmo y el valor mostrado por obreros analfabetos, enfrentados a una de las fuerzas militares más poderosas de Sudamérica. Lo cierto es que la plusvalía del capitalismo británico ha sido defendida, nuevamente, con el derrame de sangre chilena, peruana y boliviana.
Las cifras de muertos se estiman así:
- Según el criminal general Silva Renard: 174 asesinados.
- Según Nicolás Palacios, testigo de la matanza: 195 muertos.
- Según Rafael Sotomayor (el genocida Ministro del Interior de la presidencia de Pedro Montt): 300 asesinados.
- Según el senador Sánchez Masenlli: 600 asesinados (“como mínimo”, estipula en su informe)
A los informes antes descritos hay que agregar las 80 victimas de la carpa obrera de la Plaza Manuel Montt. Lugar, este último, en donde la soldada llegara primero.
La tradición obrera refiere la cifra de 3600 asesinados. Por tanto, las muertes son estimadas entre 174 y 3600. Una cifra aceptada históricamente ronda los dos mil asesinados. Un estimado de muertos considerado como fiable. También se da por aceptado que cualquier nueva cifra que pudiese surgir en el futuro no haría más que aumentar en número. Nunca disminuir. De las víctimas fatales, cerca del 60 % fueron peruanos y bolivianos.

A Modo de Conclusión

Así concluye el relato. Concluye con una muestra en terreno de la razón de la lucha de los obreros: el enemigo de clase se muestra en toda su crueldad y cobardía, puesto que no se ensucia las manos con los “rotos”, sino que recurre a la parte militarmente alienada de la clase sometida. Hermanos matando hermanos; pobres disparando sobre pobres.
La plusvalía es defendida una vez más, y el cuestionamiento a la estructura de dominio es sofocado a sangre y fuego. En grandes y elegantes salones, el cónsul británico felicita la excelente labor llevada a cabo por los militares. Enaltece “la decidida mano dura” mostrada por el gobierno (en las personas del Ministro del Interior y el Intendente) que actuaron en contra de esa chusma de clase baja.

¿Cuántos murieron realmente ese día?
Solo la soledad del desierto lo sabe. Pues, como siempre, el Estado ocultó lo mejor que pudo su labor represiva. Pero aún hoy la sangre de los muertos, aunque ya hace mucho sus nombres olvidados, reaparece para acompañar a sus hermanos de clase en la lucha. En esa lucha que es hasta el final: hasta vencer o morir.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Y A USTEDES QUIEN LOS PESCA, DICTADURAS DE DERECHA, DICTADURAS DE IZQUIERDA Y CADA LADO ENCUETRA BUENO EL SUYO Y MALO EL OTRO, AL FINAL SON LA MISMA MIERDA CON DIFERENTE COLOR

Redacción E. B. dijo...

Aceptamos todos los comentarios. No ejercemos censura. La publicación anonima es un acto de autocensura. Por lo que es probable que un fascista viva en ti. Y quizás, por lo mismo, sepas de buena fuente que es una "dictadura", y sepas que es ser una "mierda"

Anónimo dijo...

buscando una tonteria me encontre con una divertida imagen del satan pascuero persiguiendo un regalo y plaff ...
empece a leer y de verdad me gusto lo que lei en el sentido que la historia la hace el pueblo , se escribe una parte en libros pero hay gente que se encarga de difundirla , felicitaciones
ahora soy mas ignorante pero con un poco mas de fundamentos , al final la clase obrera fue la que le dio la Esperanza a todos los que somos capaces de ver lo que es vivir en una tranquila esclavitud y tratamos de hacer que eso cambie


Saludos y muchas felicitaciones

Loloo dijo...

este es mi casi extinto blog
=)

Redacción E. B. dijo...

Loreto, se agradecen enormemente tus comentarios.
Y no es solo la clase obrera la que nos da la esperanza del nuevo día en libertad; sino que tambien nos la dan personas como tú, que no cierran los ojos. Que por medio de la acción buscan cambiar el actual estado de cosas.
La historia la hacen los pueblos, es cierto, pero "Pueblo" somos tú, yo, y muchos tantos más que no se rinden. Y que contribuyen a un futuro de esperanza en libertad, justicia e igualdad.
¡Saludos Rojos Loreto!
¡Y arriba los que luchan!

Anónimo dijo...

"EL PRESENTE ES DE LUCHA Y EL FUTURO ES NUESTRO"

Rojos Saludos

Anónimo dijo...

Buenas noches... buscando imágenes sobre la hambruna fui de un lado a otro y llegué hasta aquí.

Leí absolutamente todo y sinceramente no tenia a más mínima idea de este hecho...

Cuan miserable puede ser el ser humano? Cuánto más?...

No dejemos que la corriente nos leve a esto... asi como tenemos el poder de ser tan patéticamente miserables, tan mierdas, también tenemos el poder de elegir, de elegir ser mejores personas, de elegir denunciar, aportar nuestro granito de arena...

Y el mío quizás no sea mucho, pero por lo pronto voy a ponerlos en un link en mi fotolog (http://www.fotolog.com/dmska) .

Desde ya quedan invitados a pasar.

Saludos! dmska

Redacción E. B. dijo...

Gracias por los comentarios. Lo cierto es que nunca llegamos a saber cuan miserable podemos ser, sino que cuando lo somos o sufrimos por aquello.
Gracias tambien por lo del link. Y estaremos visitando tu fotolog con frecuencia.
¡Arriba los que luchan!

Anónimo dijo...

lo cierto es que desde la primera ves que escuxe sobre esto me llego al coraxon es increible como el capitalista muestra los dientes es tan dolorosa la impunidad el exo q 100 años nos aleje del tema no le quita el peso el dolor la impunidad de los criminales xile no tiene memoria
alguien a oido hablar en la radio o en la tv sobre los 100 años nadie por an pasado lso años pero los dueños del poder esos pocos siguem siendo los mismos solo que ahora no matan a balasos matan con tarjetas de credito
dios bendiga al pueblo bendiga al q luxa
la rebeldia es el don delos pobres
visiten mi lo www.fotolog.com/raulzapata

Anónimo dijo...

excelente que haya paginas en internet que nos recuerde como se ha construido nuestro pais... con la sangre del pueblo obrero y que se saca la mierda todos los dias por ganarse el pan para llevar a casa.

desde hace varios años que sé de esta matanza y no me canso de leer libros e historias que me acerquen mucho mas a aquellos que lucharon por lo que merecían.

puedo acatar que el 3 de febrero de 1921 tambien se cometieron masacres de obreros en la oficina san gregorio solo por exigir el pago del desahucio a consecuencia de la crisis luego de la primera guerra mundial... iquique no fue el unico ejemplo de canalladas cometidas por las queridas autoridades del pais...

saludos y no dejen de recordar...

Unknown dijo...

Que triste historia, y que verguenza del aquél entonces gobierno.
Más pesar entristece mi alma al saber que aquéllos asesinos no fueron juzgados y más encima los recuerdan poniendo sus nombres en calles y estaciones del metro.