* por Alejandro Lavquen
La elección presidencial que se realizará este año en nuestro país confirma una vez más que tenemos una mierda de democracia. Una democracia impuesta por los partidos políticos post Pinochet, que a la vez imponen a los candidatos por quienes debemos votar. No hay más dónde escoger, salvo si algunos ciudadanos independientes lograran juntar treinta y cinco mil firmas e inscribir su candidatura. Toda una hazaña, considerando los costos económicos. Aquí el pueblo no tiene voz ni voto, las opciones son limitadas y dentro de la lógica de las clases dominantes. Si nada cambia en diciembre deberemos votar por lo que hay, no por lo que quisiéramos.
Respecto a las candidaturas, hasta el momento tenemos por la Concertación a Eduardo Frei Ruiz-Tagle, ex presidente que va por un segundo período utilizando un discurso con matices progresistas tendiente a captar el desencanto de los electores más jóvenes. En lo esencial, de ser electo, sería lo mismo que hasta hoy ha sido la Concertación: el administrador de una política económica depredadora y de una Constitución de raíz ilegítima. Por la Alianza derechista compite el empresario Sebastián Piñera, especulador de la bolsa y uno de los que se enriqueció al alero de la tiranía militar, aunque en el plebiscito de 1988 le mordiera la mano al tirano. De ser el elegido, el Estado se convertiría en un negocio más para los empresarios ligados a la UDI y RN, los mismos que han saqueado Chile y esquilmado a los trabajadores con la creación de las AFP, ISAPRES, privatizaciones del agua, luz, teléfono, etcétera.
En otro sector, una parte de la Izquierda extraparlamentaria, ligada al Partido Comunista de Chile, ha levantado como candidato al socialista Jorge Arrate, recién renunciado a la Concertación pero de larga trayectoria dentro de ella ocupando distintos cargos públicos. Recordemos, además, que fue, junto a Carlos Altamirano, uno de los ideólogos de la renovación socialista. La nueva política (jamás consultada a quienes somos comunistas) de la actual cúpula del PC, desligada de las masas y tendiente a buscar acuerdos con la Concertación a cambio de prebendas espurias, lo tiene convertido, prácticamente, en una especie de apéndice de la Concertación, incluso aunque haya levantado un candidato alternativo, pues es más que evidente que ya existe el acuerdo implícito de apoyar a la Concertación en una segunda vuelta.
Aparte de estos nombres han surgido las candidaturas independientes de la periodista Pamela Jiles, del presidente del Partido Comunista Acción Proletaria Eduardo Artés, de Héctor Vega Tapia presidente del Movimiento de Saneamiento Político y Social, del diputado Marco Enríquez-Ominami y del senador Alejandro Navarro. De éstos, Navarro y Enríquez-Ominami vienen de la Concertación y sin duda que en una segunda vuelta apoyarán a Frei, si éste logra pasar. Sus actitudes “díscolas” tienen un techo. Sobre todo Enríquez-Ominami, cuya base de apoyo es una auténtica Torre de Babel cargada a la derecha en sus propuestas económicas. Pamela Jiles viene del mundo de la política comprometida y seria, pero sus detractores la relacionan con la farándula debido a sus últimos trabajos en televisión. Aún así, sería la alternativa confiable de los independientes. En el caso de Eduardo Artés se trata de un dirigente de larga trayectoria cuya doctrina es sólida. Héctor Vega Tapia es un desconocido públicamente comparado con los otros candidatos, pero por empeño no se queda y el nombre de su movimiento suena por lo menos significativo.
En las candidaturas juega un papel fundamental la prensa escrita, mayoritariamente de derecha en Chile. Y ya han levantado a su regalón, Marco Enríquez-Ominami. Las razones son claras. Además en la prensa sólo pueden opinar sobre política nacional los columnistas acreditados y sólo a veces los lectores, cuyos comentarios son siempre enviados a la sección “cartas al director”, y más encima editados. En cuanto a la televisión, es peor, los programas de debate o información política están controlados por zopencos y comentaristas ignorantes y tendenciosos, muchos de ellos podrían catalogarse sin duda de babosos. Babosos bien pagados eso sí. En fin, la próxima elección presidencial es un ejemplo de la antidemocracia que día a día aumenta en el país.
Santiago, mayo, 21/ 2009
http://alavquen.blogspot.com/




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