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ESTE VERANO NOS QUIEREN PRIVATIZAR EL MAR

07 enero, 2009


Mientras los chilenos se preparan para salir de vacaciones y miles de turistas extranjeros llegan a nuestro país para disfrutar de las bondades de nuestra geografía, muy sigilosamente el Gobierno junto a los bancos y empresas salmoneras trabajan en modificaciones legales para traspasar las concesiones acuícolas a privados y así, terminar de liquidar la fauna y flora de nuestras aguas.

El extenso mar de Chile está siendo depredado y contaminado. Amplios fiordos como el Riñihué (Región de Los Lagos), bahías completas como Chañaral en la Tercera Región o inmensos estuarios como el de Reloncaví en la décima region son hoy tristes trozos de mar muerto. Testimonios de un modelo de desarrollo que ve la naturaleza como un objeto de explotación y acumulación de recursos.

Mientras las empresas salmoneras son responsables de la contaminación en extensas zonas del sur, la Ley 19.713, mejor conocida como Ley “corta” de Pesca, ha implicado el agotamiento de las principales especies del país como son el jurel y la merluza común. Como ejemplo, tenemos a la caleta de Angelmó, que hasta hace 15 años fue símbolo de abundancia marina, hoy sólo se encuentran salmones con piojos de mar (caligus sp) o contaminados con el virus ISA (anemia infecciosa del salmón).

Pero sin lugar a dudas, lo que causa real estupor es el plan de inyección de 450 millones de dólares que planea entregar el Gobierno a las salmoneras en ayuda a la industria, las cuáles a su vez, deberán entregar en hipotecas las concesiones que poseen a los bancos mediante cambios a la figura jurídica de las concesiones. Otro punto que ha desatado la alarma en organizaciones de defensa del mar chileno, tiene relación con la existencia de “barrios salmoneros” que amplían el área de extracción e impiden el desarrollo de otras actividades como turismo y pesca artesanal en las zonas bajo la influencia de la industria salmonera.

Cómo se están articulando estas gestiones, las serias consecuencias al patrimonio nacional y quiénes están detrás de estas acciones es el tema principal que trae la edición Nº 64 de EL CIUDADANO.

Además en esta edición, conozca a la primera fábrica en el mundo que es dirigida y administrada sólo por obreros y que alcanza récord de producción; sepa cómo es el movimiento HIP HOP en Chile y entérese quiénes fueron elegidos por EL CIUDADANO como los personajes del año, entre otros temas.

EL CIUDADANO está integrado por profesionales y colaboradores voluntarios que desde Arica a Puerto Montt brindan un nuevo periodismo ambientalista y recolector de la voz ciudadana aportando con noticias regionales. La línea editorial gira en torno a tres ejes: búsqueda de justicia social; defensa y protección del medio ambiente y la promoción de nuevas tecnologías para la comunicación humana.

PERIODICO EL CIUDADANO
www.elciudadano.cl
contacto@elciudadano.cl

1 comentarios:

Anónimo dijo...

La cuestión es muy simple:
1.- El ser político es en escencia voluntad de poder (para bien o mal)
2.- Para obtener una posición política que permita acceder a una cuota de poder se requieren recursos
3.- Quienes otorgan los recursos necesitan la influencia política para sustentar o generar más recursos
Por lo tanto: Posición política requiere dinero, dinero requiere posición política

Si a esto le agregamos la natural ambición humana, nos da una relación en escalada que es directamente proporcional:

A mayor aspiración de poder político , más recursos requeridos
A mayor poder obtenido mayor demanda del mismo para generar más recursos

Por lo tanto: Quienes tienen el dinero y quienes la posición política ostentan el poder y el poder es un fin en sí mismo. Los que no accedemos a más poder que elegir el color del auto y el modelo del plasma, estamos fuera de la ecuación, sobre todo si precisamente estos son nuestros intereses. El poder que se genera por la suma de voluntades seguira dormido mientras la tele y nuestros mundos privados nos sigan aislando en nuestra aparente bienestar.