En el principio era el Sol Invictus
Muchos quizás sepan o conozcan sobre mucho de lo que escribiré a continuación. Tal vez no tengan una explicación razonable apara que la farsa se mantenga, pero como en todo orden establecido o sistema que se precie de “haber permanecido en la historia”, la fiesta en cuestión, esta de la que estoy escribiendo, permanece en la historia, a pesar de su inexistencia.
Muchos quizás sepan o conozcan sobre mucho de lo que escribiré a continuación. Tal vez no tengan una explicación razonable apara que la farsa se mantenga, pero como en todo orden establecido o sistema que se precie de “haber permanecido en la historia”, la fiesta en cuestión, esta de la que estoy escribiendo, permanece en la historia, a pesar de su inexistencia.
Cuando la Iglesia inició el proceso de "cristianización" de los pueblos "paganos" del norte de Europa, vio que la fiesta más importante, la mayor de sus festividades, era el solsticio de invierno, el día más corto del año. Día a partir del cual los demás días volvían a ser más largos. El culto romano al «dios Sol invicto» comienza a tener importancia en el siglo III. Aureliano proclamó durante su mandato (270-275 DC) la festividad oficial del 25 de diciembre en honor al “Sol Invictus”. La Iglesia no quiso arrebatar a los pueblos paganos su principal fiesta imponiéndoles otra, de forma que hizo coincidir la fecha del nacimiento de Jesucristo con el día del solsticio de invierno. Pero, contra todo lo que se pudiese suponer, las más de las probabilidades apuntan a que Jesús no nació ni en diciembre ni en enero, sino que en septiembre. Con lo que la actual fecha de celebración de la "Navidad", estaría, cuando menos, equivocada.
El papa Julio I en el año 336 decidió poner fin a las festividades paganas en honor al sol y ordenó a la comunidad cristiana conmemorar el nacimiento de Jesús en esa misma fecha. El solsticio de invierno cae en 21 de diciembre y esos pueblos, que denominaban ese día la fiesta de la luz o del sol, lo celebraban colocando velas o antorchas en los árboles.
Y la Navidad fue
El obtener poder, o en su defecto, la acumulación de capital como medio para alcanzar poder económico, es uno de los motores que crean la historia. La mal llamada iglesia, el actual Vaticano, es un ente más bien administrativo de los recursos de que dispone (hombres, tierra, dinero, influencia, etcétera). Esta iglesia advirtió a tiempo la posible perdida de influencia y control sobre los hombres, que a la larga redundaría en la baja de las donaciones “a su causa” (suya y no de los hombres que decía querer llevar a la salvación). Vio en los administradores de las festividades del “Sol Invictus” contendores que le disputarían los beneficios económicos y sociales a los que estaba acostumbrándose. Razón por la cual, en una brillante movida estratégica, se dispuso a reemplazar la tan extendida celebración adosándole un supuesto nacimiento de Cristo en esas mismas fechas. A partir de esa decisión es que el Vaticano monta la farsa destinada a sostener y extender su poder.
¡Multipliquense y fructifiquense Navidades!
El traslado de esta campaña mediática al nuevo mundo no fue tan difícil (pues incluso los protestantes habían aceptado la farsa navideña), imponiéndose sin mayor cuestionamiento.
Es aquí donde nuestro Chile entra al juego. Sin forzar mucho la imaginación, podríamos quizás ver a un Pedro de Valdivia dando un regalo a un sorprendido Lautaro, que veía que ese sanguinario conquistador, como por arte de magia, tornabase en un ser que destilaba amor y deseaba buenaventura por doquier.
Actualmente la “Misa del Gallo” congrega más feligreses que cualquier misa de domingo. Esto en términos generales. Lo mismo pasa con la generosidad burguesa, misma que organiza verdaderas “cruzadas” con el fin de no dejar a ningún niño pobre sin navidad, mismos niños que olvida el resto del año.
No puedo dejar de mencionar las enormes ganancias del comercio (¡las ventas se disparan como en ningún otra época del año!) que se benefician de la compulsiva necesidad por comprar. De seguro que esos mismos comerciantes agradecen a la iglesia por establecer una fecha tan fecunda. Pero no solo los comerciantes agradecen, también lo hacen los manufactureros (que aumentan la producción), los publicistas y el marketing en general (que se ven impelidos a crear nuevas maneras para crear la necesidad de compra), los medios de comunicación (por el aumento de los avisos), etcétera. Ah, por cierto se me olvidaba, las mismas arcas de la iglesia agradecen esta fecha.
¡Muy Felices Fiestas tengan todos ustedes!
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*Este articulo fue publicado en Hommodolars.cl (Pulse aquí para verlo)
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