FABRIQUE SU VERDAD EN TRES PASOS

Primer Paso

Supongamos que existe un país lo suficientemente aislado del resto del mundo.
Supongamos también que la información recibida desde ese país sea emitida solo por el estado mandante o generada por organismos de inteligencia globales.
Ahora agreguémosle falta de alimentos y medicamentos al país en cuestión.
Sumemos a la ecuación una potencia imperial, con la capacidad de controlar medios informativos a escala mundial.
Aquella potencia debe estar pasando por una crisis, debido a su falta de humanidad para tratar a quienes la combaten. Debe estar en crisis de credibilidad interna y necesitando desviar la mirada de sus atrocidades.
Consideremos ahora que en una movida brillante ha dado con una estrategia capaz de “matar dos pájaros de un tiro”: desviando la vista de sus crímenes de lesa humanidad y quedando a ojos del resto del mundo como héroes.

Segundo Paso

¿Cómo hacer tal cosa? ¿Cuál es esa movida brillante?

Pues bien. Para esto necesitamos utilizar la creciente falta de alimentos y medicina de aquel estado aislado.
Este pequeño país no debe tener manera de conseguir lo que le falta a menos que lo consiga por canje. Es pobre o no posee flujo de dólares o euros disponibles para gastar en el exterior. Por esto, desde hace un tiempo debe venir implementando un plan que le permita conseguir en el mediano plazo esos alimentos y medicamentos: creando una bomba atómica de la nada. Un arma fuera de sus limites. Un Arma inexistente.
Así debiera razonar aquel país: “Si tengo la bomba atómica el mundo temerá del uso que le pudiese dar. Me pedirán, es más, me exigirán que la desmantele y que pacte nunca más desarrollar bomba atómica alguna. A cambio de aquello solicitaré a perpetuidad (o por varias décadas) ayuda humanitaria consistente en alimentos y medicamentos o tecnología que me ayude a paliar la falta de los mismos”

Tercer Paso

Aquí aparece entonces la potencia mundial. Creando mediáticamente otra arma, capaz de transportar esa “bomba atómica” desde un lugar del mundo al extremo opuesto.
El país aislado debe verse beneficiado con esta noticia y considerará que el canje resultará mucho más beneficioso que antes. Y así mantendra el silencio mediático sin desmentir ni afirmar tal noticia.
La potencia hace pues un brillante movimiento estratégico: le dice al mundo que no permitirá la prueba de aquella arma, la destruirá no bien sea lanzada. El mundo no tiene como determinar si existió tal prueba o, mejor aún, si existió alguna vez tal arma, aquella capaz de llevar la bomba atómica. Esta potencia ha salvado a la humanidad de la destrucción. Y de un tiro ha muerto a dos pájaros.

Ahora, ¡hagalo usted mismo!